1 kilo de Queso Mascarpone
8 huevos (4 huevos por cada medio kilo de Mascarpone)
8 cucharadas de azúcar (una por huevo)
Café soluble
Algún licor que tengamos a mano (de naranja, amaretto, etc.)
Agua hirviendo
Cacao en polvo
Galletas (de Soletilla en España o de champaña en Chile) Es recomendable comprar una buena cantidad.
Preparación:
Separamos las claras de las yemas. Las claras las batimos a nieve y las reservamos un momento.
Vertemos el queso Mascarpone en una fuente grande y profunda. Le agregamos el azúcar, las yemas y mezclamos bien. Luego, unimos con las claras batidas a nieve. Reservamos.
En otro recipiente mediano, vertemos agua hirviendo, café soluble y un chorrito de licor. Aquí no hay medidas, sino que es a gusto de cada uno: el café más fuerte, más suave, más licor o menos. Además, siempre lo hago a ojo.
Cuidado con quemarse, porque cogeremos las galletas y, una por una, las iremos empapando en la mezcla de café e iremos montando el postre en un recipiente rectangular y de unos 5-7 centímetros de alto.
Ponemos una capa de galletas cubriendo toda la base. Luego, cubrimos con la mezcla del Mascarpone. Después, otra capa de galletas remojadas en el café con licor, y terminamos con una segunda capa de Mascarpone. Espolvoreamos con cacao en polvo y a la nevera, al menos, unas 12-14 horas.
Si se le quiere dar un toque más "oriental", se puede poner entre capa la primera capa de queso y la siguiente de galletas, un poco de canela en polvo, sin abusar, para que tenga un sabor algo distinto.
8 huevos (4 huevos por cada medio kilo de Mascarpone)
8 cucharadas de azúcar (una por huevo)
Café soluble
Algún licor que tengamos a mano (de naranja, amaretto, etc.)
Agua hirviendo
Cacao en polvo
Galletas (de Soletilla en España o de champaña en Chile) Es recomendable comprar una buena cantidad.
Preparación:
Separamos las claras de las yemas. Las claras las batimos a nieve y las reservamos un momento.
Vertemos el queso Mascarpone en una fuente grande y profunda. Le agregamos el azúcar, las yemas y mezclamos bien. Luego, unimos con las claras batidas a nieve. Reservamos.
En otro recipiente mediano, vertemos agua hirviendo, café soluble y un chorrito de licor. Aquí no hay medidas, sino que es a gusto de cada uno: el café más fuerte, más suave, más licor o menos. Además, siempre lo hago a ojo.
Cuidado con quemarse, porque cogeremos las galletas y, una por una, las iremos empapando en la mezcla de café e iremos montando el postre en un recipiente rectangular y de unos 5-7 centímetros de alto.
Ponemos una capa de galletas cubriendo toda la base. Luego, cubrimos con la mezcla del Mascarpone. Después, otra capa de galletas remojadas en el café con licor, y terminamos con una segunda capa de Mascarpone. Espolvoreamos con cacao en polvo y a la nevera, al menos, unas 12-14 horas.
Si se le quiere dar un toque más "oriental", se puede poner entre capa la primera capa de queso y la siguiente de galletas, un poco de canela en polvo, sin abusar, para que tenga un sabor algo distinto.